En primer lugar, reflexiona sobre lo que necesitas en una cocina.¿Qué uso le das actualmente? ¿Te gustaría utilizarla de forma diferente en el futuro?Y aquí no solo nos referimos a la elaboración de comidas y el almacenaje, también a la vida que compartes en ella.
¿La cocina debe ser fundamentalmente un lugar donde cocinar?¿Debe integrarse con el comedor o el salón?¿Es un lugar donde os reunís para trabajar, estudiar, jugar o tomar una copa de vino tras una larga jornada de trabajo?Tus necesidades, deseos (y sueños) determinan el tipo de cocina que deberías plantearte y el diseño que debería tener para ajustarse lo mejor posible a tu vida en ella.