Comenzar poco a poco y con tareas adecuadas para su edad es un aspecto crucial a la hora de cocinar con niños. ¡No tiene sentido abrumarlos antes de que hayan empezado! Empieza con tareas que sean adecuadas para su edad y sus habilidades; eso les ayudará a adquirir confianza y hará que la experiencia sea más agradable.
En los niños más pequeños, las tareas sencillas como remover los ingredientes, verter líquidos o poner la mesa son buenos puntos de partida. Son tareas fáciles de realizar y requieren una supervisión mínima, lo que puede ayudar al niño a sentirse más independiente y capaz. Además, ¡son divertidas!
A medida que el niño se vaya sintiendo más cómodo en la cocina, puedes aumentar gradualmente la complejidad de las tareas. Por ejemplo, puedes enseñarle a medir los ingredientes, picar verduras (¡busca cuchillos de iniciación apropiados para su edad!), o incluso a cocinar platos sencillos sin ayuda. Las pizzas o las tortitas son una manera fácil de comenzar y además están buenísimas.
Al aumentar gradualmente la complejidad de las tareas, podrás ayudar al niño a desarrollar habilidades útiles y un amor por la cocina que será beneficioso para él en el futuro.